viernes, 19 de agosto de 2016

Soledad

Hoy he tenido uno de esos momentos libres que había olvidado por completo durante este largo mes de Agosto en el que mis días transcurren lavando ropas, planchando, cocinando con ayuda de mi marido, ordenando cosas, cambiando pañales llenos de pipi y caca, recogiendo chupetes del suelo, acunando a mi hijo para que concilie el sueño y me deje descansar un rato viendo la tele o mirando Instagram, regañando a mis hijas mayores para que dejen de pelearse por las tonterías de siempre y una larga lista de tareas que no me dejan mucho disfrutar al completo de unas merecidas vacaciones de verano, que por un lado tanto ansiaba y por otro tanto temía. 

Hoy he tenido una hora y media de relax absoluto en el que he disfrutado muchísimo de estar sola. Esa soledad deseada tan necesaria para quien convive día y noche con cuatro personas más, cada uno con sus manías y necesidades. He paseado por mi pueblito bonito, he observado a sus gentes caminando por sus calles empedradas y sus cuestas pronunciadas y sus múltiples escaleras que tanto me hacen sudar. Sin duda un lugar mágico del que nunca me canso. Sea la estación del año que sea, siempre me parece hermoso de contemplar. 

Y finalmente me he sentado en una plaza, bajo la sombra de un Magnolio, con una Coca Cola fresquita, un croissant y un par de revistas. Cuando me he puesto a leer he recordado lo que era llevarse a la piscina un buen libro, de esos que te atrapan y que no te dejan soltarlo hasta que te enteras de cuál es su final, horrible o feliz. He añorado ese bendito momento que desde pequeña he saboreado en mi casa, ya que mi padre era librero además de editor en su época joven, y siempre me ofrecía cientos de libros y comics que yo devoraba en mi cama todas las noches. Esa afición que tanto me gustaba la tengo aparcada desde que he vuelto a ser madre por tercera vez. La verdad que no tengo tiempo ni ganas de leer desde hace dos años, no logro concentrarme porque tengo en mi cabeza de madre todo el tiempo la alarma encendida. También es verdad que con el teléfono y las redes sociales he dejado un poco aparcadas, bueno, más bien he desterrado totalmente, las revistas y las novelas de misterio o de amor. ¿Y cómo ha podido ser con lo que yo disfrutaba pasando las páginas y colocando un marcador para no perder el hilo de la historia? 

Y en ese ratito yo sola he respirado profundamente, con mis manos agarrando la revista y la Coca Cola, leyendo un artículo muy interesante sobre un actor español que decía que lo maravilloso de su profesión era recibir las felicitaciones de quienes le quieren de verdad. Y eso me ha hecho pensar en lo siguiente. Creo que nosotras las madres a veces necesitamos que nos feliciten no solo por haber dado a luz una criatura, sino porque cada día de su vida tú eres mil profesiones a la vez, enfermera, cocinera, limpiadora, lavandera.... Y nadie te dice algo así como "Oye, lo estás haciendo muy bien" o " Qué buena madre eres, ahora podrías estar tumbada al sol, pues son tus vacaciones también y estás corriendo por la casa detrás de tu bebé, el cual, parece no agotarse nunca, aunque tu espalda te pida un descanso, aunque estés hasta el moño de ver Baby Tv, aunque casi no te estés poniendo morena este año, porque oye, el moreno disimula mucho las ojeras, aunque te mueras por un ratito tú sola en remojo en la piscina, aunque te quieras arreglar las uñas o tengas que depilarte el bigote. O las tripas te pidan comer o tu intestino te pida una evacuación urgente. Siempre, siempre, antes están tus hijos".

Luego está la famosa frase de mi querida madre cuando alguna vez me he quejado delante de ella: "Hija, todos lo hemos pasado. La vida de una madre es así".

Y la otra cara es la sensación de culpa. Cuando le dejas el niño a la suegra para poder descansar de ese stress de 24 horas seguidas pendiente de un pequeñín, cuando ves sus juguetes, su ropa, o escuchas el chillido del hijo de algún vecino que te recuerda al tuyo. Entonces es cuando te das cuenta de que no puedes vivir sin tus hijos, que te han robado el corazón desde el primer instante en que el test de embarazo dijo que sí, que vas a ser madre, y esto, es para toda la vida. 

Asi que me quito la pena y la culpa, de que otros brazos van a acunar esta noche a mi hijo, y voy a disfrutar de poder tumbarme al sol sin que nadie me interrumpa, voy a publicar esta entrada sin prisas, voy a echarme una buena siesta sin miedo a oir un reclamo ni un quejido y voy a despertarme cuando me lo pida el cuerpo. Porque en definitiva, lo que las madres necesitamos de vez en cuando, además de a nuestros hijos, es un poco de soledad.






 



jueves, 18 de agosto de 2016

The Moon

¡Hola Caracolas! Desde aquí es complicado irse de tiendas pero con el portátil o el móvil es fácil estar al día. Esta vez ha venido un paquete de Sephora, tenía ganas de probar productos nuevos que recomiendan algunas Youtubers que me gustan. Se trata de una paleta de Urban Decay de la que me interesaba muchísimo los polvos iluminadores, ya que lo que yo tenía para iluminar era en líquido y quería probar algo en polvos, que me lo habían recomendado más. Esta paleta además contiene también un polvo bronceador y un colorete que también quería probar ya que de coloretes voy escasa y estoy consada de utilizar siempre el mismo. El gloss que he comprado es un tono nude, pero que da un brillo y una jugosidad ideal a los labios, creo que lo utilizaré mucho para diario, para el trabajo sobre todo. La próxima vez buscaré un tono más fuerte porque pensaba que se notaría más colorcillo. Y por último una máscara de pestañas Waterproof que quería probar sobre todo ahora para el verano que estás todo el día en la piscina, o eso intento, si los peques me dejan, para ponerla a prueba. Ya os contaré los resultados. De todas formas en mi Snapchat podéis ver los resultados de lo que he podido probar esta mañana, nada más llegarme el pedido. Y también os dejo alguna fotito de nuestras #vacacionesenfamilia. Ayer había una luna llena preciosa que pudimos admirar en nuestro paseo al atardecer.

¡Feliz verano!




miércoles, 10 de agosto de 2016

De campo

Después de la fiesta de cumpleaños flamenca llegamos muy cansados a casa, pero muy contentos por todo lo que habíamos compartido con la familia. Ahora estamos disfrutando de estar en nuestra casa aunque la tarea de ser padres de tres es a veces extenuante. Las vacaciones son principalmente para los niños y, a ratos sueltos, para los adultos. Por eso hay que saborear bien cada momento.
¿Qué tal vuestro mes de Agosto? Yo estoy encantada con que hayan bajado las temperaturas por aquí y que nos duren los días que haga falta, aunque no me pueda bañar en la piscina porque el agua esté helada. Una amiga íntima me manda mensajes desde la playa y me da una envidia tremenda eso de estar en la arena tumbada, con mis cremitas, mi música, mis revistas y el mar enfrente. La verdad es que ultimamente no tengo mucho tiempo para tostarme al sol. Pero estoy contenta.
Por cierto, me ha llegado un pedido de Asos que me tiene enamorada, unas gafas de sol de un estilo muy diferente del que suelo llevar yo. Tenía ganas de innovar.

¡Hasta pronto!






 

domingo, 7 de agosto de 2016

Un cumpleaños flamenco

Este fin de semana ha sido de los más especiales que he vivido ya que tuve la oportunidad de vivir en primera persona lo que es un cumpleaños temático en una plaza de toros de la provincia de Zaragoza. Era el 50 cumpleaños de un familiar que adora el mundo de los toros, las flamencas y hasta las rancheras y mariachis. Hubo de todo junto y lo pasamos genial. No se cumplen 50 años todos los días y la verdad que la cumpleañera los lleva con mucha alegría, siempre con una sonrisa y con ganas de vivir la vida. ¡Felicidades querida prima! ¡Que cumplas muchos más y que los veamos a tu lado!





miércoles, 3 de agosto de 2016

3, 2, 1... ¡VACACIONES EN FAMILIA!

Por fin llegaron las ansiadas y también temidas, todo hay que decirlo, vacaciones en familia. No es lo mismo irte tú sola con tus amigas, que irte tú sola en pareja que irte con tres niños de diversas edades. Si partimos del siguiente hecho que tengo más que comprobado: los hijos ponen a prueba tu matrimonio y tu paciencia. Es para echarse a temblar cuando el colegio echa el cierre. Las que estéis en mi situación sabéis muy bien de lo que hablo. De hecho, os puedo decir, que estoy escribiendo este post echando un ojo a los tres que están un poco revueltos en el salón mientras mi marido está empezando a preparar pescado al horno. 

Pero también os diré que ahora mismo estoy en esa época del año en la que más feliz soy. ¿Por qué? Porque es cuando todos estamos por fin juntos disfrutando de nuestro tiempo libre. Pero el tiempo libre finalmente se convierte en el tiempo libre de los niños, el tuyo se reduce a una pequeña parcelita al final del día o en el momento de la siesta del pequeño, si es que has conseguido que se duerma. 

¿Qué no podemos hacer todas las excursiones y salidas que soñábamos? Pues no se hacen, se hace una o dos, y el resto se verá. No hay que amargarse por no hacer mil planes, no todos somos iguales, hay familias que son numerosas como la nuestra y los padres tienen una infinita paciencia de santos que yo admiro y envidio. Pero sé cómo soy yo y cómo es mi marido, en cuanto a paciencia, y sabemos hasta dónde podemos llegar, y si el plan encaja dentro de ese límite de paciencia, que luego pasan cosas que no te esperas, como que el niño de pronto se te vaya por la pata abajo...pues es cuando hay que improvisar soluciones y en vez de enfadarse, que suele ser a veces lo común, reírte de la vida.

Mi consejo como madre de tres y recién metida en las vacaciones familiares es el siguiente: Mucha paciencia y buscad vuestros ratos libres.

Y este post no me da para más, para dejaros nuestros primeros momentos en el campo juntos, pero no revueltos por favor. Vamos a disfrutar de la vida, del verano, de la familia y de esta casa que está pensada para admirar la naturaleza que tanto ansiamos el resto del año. 

¡Felices vacaciones en familia!








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