sábado, 18 de junio de 2016

KIMONO

Hace siglos que tengo un kimono largo para estar en casa. En realidad no sé si se puede considerar una prenda para estar en casa porque lo compró mi madre cuando yo tenía 9 años y estábamos en Disneylandia. Fue un viaje-regalo por mi Primera Comunión y la verdad que lo recuerdo con mucho cariño, aunque mis padres no se montaron en muchas cosas divertidas conmigo ya que no eran mucho de ese tipo de cosas, y les agradezco infinito el esfuerzo que hicieron para hacerme feliz. Desde ese viaje tengo el kimono y es un recuerdo que intentaré tener para toda la vida. 

Cuando llegó la moda de ponerse un kimono como prenda para salir a la calle me reí para mis adentros pensando que siempre había tenido uno en casa y jamás le había dado mayor importancia en cuanto a moda, más bien era un recuerdo familiar muy querido. 

Hace cosa de dos años me fijé en un kimono en una tienda de mi barrio. Lo compré pensando en sacarle mucho partido y la verdad que no fué así porque me veía como que iba en pijama, ya que yo tenía la costumbre de llevarlo en casa. Es como la moda lencera, no la entiendo y no me veo con ella. Pero la verdad que hoy hice la prueba de sacarlo y probármelo y tengo que confesar que me da rabia no haberme dado cuenta antes de lo bonito que queda. Menos mal que no se me ocurrió darlo a nadie. 

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