Hoy soy un año más vieja y como cada año me da por pensar en la vida y... en la muerte. El Sábado por la tarde murió Pablo Ráez, una persona que se hizo viral en internet por su lucha, como muchas otras por desgracia, contra la leucemia y por hacer que la lista de donantes de médula se disparase en España. Y yo hoy tengo que dar gracias, muchas gracias por estar un año más viva. Cuando me enteré de su muerte lloré como si se me hubiera muerto un amigo. A lo mejor es absurdo porque no le conocía, ni siquiera él sabía de mi existencia pero yo sí sabía de su coraje, de su lucha, de sus ganas por vivir y de su juventud. Me recuerda a otro amigo, que sí conocí en persona, en mi infancia, un amigo de veranos bonitos en la playa, que también se fué a la misma edad por otro tipo de cáncer y lloré mucho su pérdida aunque él ya no era tan amigo mío por aquella época. Aún así yo le lloré mucho porque no es justo que se vayan personas tan buenas, tan jóvenes y con tantas ganas de vivir.
Hoy soplaré las velas con mis hijos y mi familia y daré gracias por estar un año más viva, porque no sé cuándo me tocará a mí, porque hay que vivir cada instante como el último, porque vivir es un regalo.
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